martes, 28 de noviembre de 2006

El nacimiento de una nueva revista de noticias

Trás el éxito de "El Diario MAS" llega una nueva revista con unos contenidos más amplios. Llega la Revista "¡Que me cuentas!" cargada de noticias relacionadas con la Parroquia. En exclusiva tendremos en breve las primeras impresiones de Berto, el nuevo cura y su balance tras 50 días en la Comunidad. También se incluirán reportajes del equipo de fútbol que aun sigue vivo jugando algún partido que otro. Fiestas, parrandas y demás desfases del grupo de jovenes.
Se publicaran fotos "sin censura" de las exclusivas y trataremos, el equipo de redactores de desvirtuar la realidad tanto como nos sea posible, siempre y cuando haga reir y sea para bien, o no.
Hoy nace algo más que una revista virtual, hoy nacen las ilusiones perdidas en el pasado, las ganas de volver a sonreir, hoy nace el "¡QUE ME CUENTAS!"

Al Neri

2 comentarios:

Harry Tomdick dijo...

Aires nuevos corren por la red de redes. Por fin, tras años de espera, surge, cual Libertad guiando al pueblo, una nueva revista que nos viene a rescatar del hastío y la rutina, gracias a un grupo de aguerridos y jóvenes periodistas que, formados en la universidad de la vida y forjados en el calor de la noticia, han decidido dar un giro de ciento ochenta grados en el panorama periodístico universal.
Este nuevo concepto de revista, inédito hasta ahora, acabará, sin ningún género de dudas, con los prejuicios y clichés propios de los apolillados modelos de reportajes y artículos a los que estamos acostumbrados.
Voltaire dijo: "Toda la grandeza de este mundo no vale lo que un buen amigo". Pero hoy, con la carne de gallina y embriagados por continuos escalofríos producto de la emoción, podemos decir: "Toda la grandeza de este mundo no vale lo que una buena revista: ¡QUÉ ME CUENTAS!".
Por último, vaya mi agradecimiento a los altos mandatarios de la publicación, por invitarme a escribir unas líneas con motivo de este magno acontecimiento. Que el futuro les depare toda clase de éxitos.

Harry Tomdick, catedrático de Periodismo Chorra en el departamento de Praxis de lo Inútil de la Universidad de Teto´s Town.

Anónimo dijo...

Domingo, día del Señor. Cinco menos diez de la tarde, un día de Enero. Tres personas otean el horizonte. Miguel Ángel, Félix y Sergio se lamentan de la falta de asistencia ante el regreso de la leyenda. Al fondo una persona anda hacia ellos. Según se aproxima sus andares y su aspecto parece más y mas familiar. Víctor hace su entrada ante nosotros. Saludos, abrazos, preguntas acerca de donde ha dejado a su sequito. Y, siguiendo su brazo, nuestras miradas convergen en la entrada de la Ciudad Deportiva, donde unos 6 o 7 jóvenes, unos cuantos mayores que les acompañan están a la espera de poder participar en el regreso de la leyenda. Y nuevas lamentaciones surgen ante los que no podían venir y no vinieron, ante los que pudieron venir y no quisieron y los que iban a venir y no acudieron.
Reunión en los vestuarios, comentarios religiosos y no tan religiosos, y la leyenda sale al terreno de juego, con la incorporación de Víctor al equipo, y de un chaval que pasaba por allí, Quintero, antiguo asesor antidoping. Ninguna sustancia sospechosa le resultaba desconocida. Que tiempos aquellos.
Empieza el partido, orden control, y primeras aproximaciones de los contrarios. Primeros tiros de los mismos, y primer gol. La Leyenda como el Atleta, al contraataque, y gol de Victor. Nuevos tiros al muñeco del contrario. Y en un corner a nuestro favor fin de la primera parte.
En medio del partido nuevo fichaje. Juan Gálvez, el cerrojo del área, aunque esta vez, tras la marcha de Quintero a sus quehaceres dominicales, Juan decide llamarse el cerrojo de la portería. Y tan a gusto. Trabajo a tutiplé para el mismo. Como si de n prestidigitador se tratase Juan hace juegos de manos engañando a propios extraños a la hora de sacar el balón de la portería. Y cinco segundos después el balón vuelve a sus manos o a lamer las inmediaciones del marco por el defendido. Hay cosas que nunca cambian. Que tiempos aquellos.
El marcados se abre a su favor hasta llegar al tres a uno, pero en un alarde de fuerza y magia (pero la de Tamariz no se vayan a pensar algo parecido a Coperfield), la parroquia consigue empatar. Nuevo gol en contra, y nuevo gol a nuestro favor casi al final del partido. Víctor, Quintero y Miguel Ángel( mas Miguel Ángel si cabe que nunca) se reparten los goles. Los padres observan una y otra vez desde la banda las malas condiciones de todos los jugadores (quiero pensar), con expresiones tan sabias como Tan asfixiaos o Tan en el bote .Y llego el final del partido. La leyenda ha empatado a 4. Casi 7 meses sin perder y sigue la racha (el mismo tiempo que llevábamos sin jugar pero apartado este epígrafe eso es una fruslería). Nuevos sueños se despiertan en nuestras mentes. La Parroquia ha vuelto. La leyenda ha vuelto. Que tiempos aquellos.